viernes, 30 de agosto de 2013

LAS PIRAÑAS ROBA PELOS

MARÍA MAS HERRERA |  EL UNIVERSAL
lunes 26 de agosto de 2013  12:00 AM

Pelos
Una hermosa y sedosa melena es la más enarbolada bandera de la sensualidad y belleza femenina. A pesar de que algunos famosos griegos afirmaron que la mujer era un animal de ideas cortas y cabellos largos, en el siglo XXI, una esplendorosa cabellera sigue atrayendo la atención de todos, pues las Rapunzeles de este siglo, deambulan globalmente, asistidas por la gran "industria" que representa el negocio del cabello.
Venezuela no se queda atrás en esta materia. El verse bien es una de las grandes preocupaciones de los venezolanos. Me atrevería a decir que en algunos casos, representa una de sus más perniciosas enfermedades. No importa el estrato social de la cabeza, algo se compra y se inventa, natural o artificial, para lucir tan bella prenda. La mexicana, escritora y católica, Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, conocida como Sor Juana Inés de la Cruz, mujer erudita, alegaba que si no producía buenas ideas, su cabeza no podía ir coronada con tan hermosa prenda y sin más miramientos se cortaba el cabello. Dicho atributo es considerado históricamente como una corona natural.

Pero los tiempos, problemas y la debilidad humana, cambian y nos asombran cada vez más en Venezuela. El país más rico de la tierra, arrastrando su pobreza, creó la nueva versión de la inseguridad. "En Venezuela se roban hasta el cabello de la gente, mija", advirtió una anciana media calva a un grupo de adolescentes. "Ahora las muchachas además de amarrarse los pantalones para poder sobrevivir, tendrán que agarrarse el pelo. Ya no se puede tener nada. Ni siquiera el pelo suelto", dijo la mujer en tono de lamento y siguió su rumbo apesadumbrado, al tiempo que las jóvenes se hacían roscas y se las enmarañaban con lápices en la cabeza. Estamos en el colmo de la inmoralidad, la vagabundería  y de la enfermedad en Venezuela.

La versión oficial informó que las pirañas son un comando de mujeres que atacan a personas en los centros comerciales. Se registraron casos en el Zulia y Aragua. Someten a la víctima cortándoles el cabello sin piedad. Aseméjanse a los Siouxes, también llamados Siux, Dakotas de EEUU, que arrancaban la cabellera a los enemigos. Práctica salvaje y criminal.

Las informaciones públicas alegan que el cabello es vendido. Parecería un vandalismo por dinero, -como siempre la economía-, pero es sólo la forma. El Gobierno no ha dicho la verdad sobre las pirañas. Se especuló que las atacantes son una banda de extranjeras. Sin duda, algo muy malo permeó y sucede en la sociedad venezolana, porque las mujeres de este país no se han caracterizado por dichas acciones mefistofélicas. La mayoría están ocupadas con los hijos, el trabajo y los maridos. Tienen oficio abundante.

El ataque es brutal al cortar el pelo por la fuerza. El arrancar la belleza es un acto sádico y su base es la envidia. "Tú posees lo que yo no tengo y te destruyo por eso". La envidia del ser abre la trama al sadismo. Cuando los poderosos de la política quieren destruír a la oposición, se convierten en sádicas pirañas. Algo les envidian, y quieren su destrucción. Anhelan reproducir en política el final de la obra de Márquez "Cien años de Soledad". Con las estirpes condenadas a no tener una segunda oportunidad en tierra Venezolana.

Economista y profesora universitaria

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